Primero, los cascos o carcazas son inspeccionadas cuidadosamente para garantizar que cumplen con las condiciones y requisitos de reencauchabilidad. Los inspectores buscan cada corte, penetración, grietas, así como cualquier otra herida en el cuerpo de la llanta. Las reparaciones se realizan empleando materiales de reparación certificadas, de alta resistencia y flexibilidad.